2 jun 2008


FALLECIO ALICIA “LICHA” ZUBASNABAR DE DE LA CUADRA, FUNDADORA DE ABUELAS
La primera presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo murió ayer a los 92 años. No pudo recuperar a su nieta Ana Libertad, nacida en cautiverio en 1977. El año pasado había presenciado el juicio a Von Wernich, partícipe del secuestro y torturas a su hija y su yerno.
La primera presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Alicia “Licha” Zubasnabar de De la Cuadra, falleció ayer a los 92 años después de una larga trayectoria de lucha para averiguar el destino de sus hijos y yerno desaparecidos y para recuperar a su nieta, Ana Libertad, nacida en cautiverio en 1977 y todavía desaparecida.
En aquel 1977, Licha y María Isabel “Chicha” Mariani fueron las que impulsaron el agrupamiento de las Abuelas.
La casa de Licha, en La Plata, fue uno de los primeros refugios donde se juntaban para planear cómo conseguir datos sobre hijos, nietos o familiares que estuvieran desaparecidos.
Nacida en Corrientes pero vecina platense desde 1959, en septiembre de 1976 la dictadura secuestró a su hijo Roberto José. Unos meses más tarde a su hija menor, embarazada de cinco meses, Elena, y a su yerno, Héctor Baratti, militante, que fueron trasladados a la comisaría 5ª de La Plata, utilizada como centro clandestino de detención dentro de lo que luego se conocería como Circuito Camps. Por medio de la investigación y su tenacidad, Licha pudo saber que Elena había parido a su nieta el 16 de junio de 1977 y que su madre la había llamado Ana Libertad.
Por su inalterable voluntad de lucha, fue designada en 2007 por el Congreso como una de las mujeres destacadas del año, y desde hace dos años también había sido nombrada presidenta honoraria de Abuelas.
La historia indica que la labor y la presencia de las Abuelas en la sociedad son marca indeleble de la peor herida abierta por los militares y sus prácticas en los años ’70. El trabajo de ellas logró demostrar que la dictadura tenía un “plan sistemático” para apropiarse de los hijos de quienes eran secuestrados y torturados, y abrió la puerta para que pudieran ser enjuiciados nuevamente, burlando las leyes de impunidad. Y así consiguieron que 90 de esos chicos pudieran conocer su verdadera historia, impulsaron la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos, la incorporación del Derecho a la Identidad en la Convención Internacional del Derecho del Niño, aprobada por las Naciones Unidas, y la formación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.
Licha de De la Cuadra no pudo conocer a su nieta. Ana Libertad forma parte de los 400 chicos a los que les robaron su identidad y todavía no pudieron recuperarla. Pero algo de esa abuela existe en cada uno de los que sí pudieron hacerlo.

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