19 jul 2008

Errores, oportunismos y coherencias - Por Victoria Donda y Cecilia Merchán * Publicado Pagina/12

Hace unos días hacíamos simples cálculos para conocer realmente a qué renta “extraordinaria” nos referíamos cuando hablábamos de exportación de soja. Comparábamos los alcances de la Resolución 125 el 26 de marzo (fecha en que la Cámara baja rechazó un proyecto presentado por Adrián Pérez y otros diputados opositores, que proponía la derogación de dicha resolución) con la que finalmente fue aprobada con media sanción por dicha Cámara el 2 de julio. Iniciativa que el jueves a la madrugada fue rechazada por el Senado con los votos de oscuros personajes de la política argentina como Carlos Menem, Juan Carlos Romero, Adolfo Rodríguez Saá e Hilda “Chiche” Duhalde, entre otros.
De este simple cálculo, que consiste en saber a cuánto cotiza la soja en el mercado de Chicago y cuánto le correspondía por retenciones móviles en cada una de las fechas que mencionamos (38% el 26 de marzo y 30% para los pequeños, 35% para los medianos y 48% para los grandes el 2 de julio), restando la proporción de retenciones y de gastos de producción reconocidos por las propias entidades, con excepción de aquellos que alquilan campos para producir. El resultado arrojaba que el ingreso mensual de un pequeño productor que exportaba 200 toneladas el 26 de marzo pasaba de 21.175 pesos a 29.280 pesos mensuales el 2 de julio. Para un mediano productor que produce 500 toneladas para exportar: 53.475 pesos por mes a fines de marzo contra 68.005 a principios de julio. Y para un gran productor o pool de siembra que exporta 5000 toneladas de soja, la ganancia neta arrojaba 534.750 pesos el 26/03 contra 554.460 el 02/07. Estamos hablando de ganancias netas mensuales y queremos remarcarlo porque para saber cuánto ganan anualmente hay que multiplicar estas cifras por doce.
Hoy, ante la derogación de la Resolución 125 (con retenciones que vuelven al 35 por ciento fijas) y calculando el precio de la tonelada de soja en 580 dólares, los ingresos mensuales para un productor exportador de 200 toneladas serán de 26.830 pesos; para uno de 500 tn, de 67.074 pesos y para un gran productor que exporta 5000 tn, de 670.740 pesos. Todos son, obviamente, montos aproximados, pero con ellos se responde a la pregunta de por qué no es una preocupación para un productor sojero cuánto cuesta un kilo de carne.
Esta aburrida introducción para los lectores es necesaria para entender cuáles fueron las diversas razones que llevaron a que la Resolución 125 estuviera cerca de fracasar en la Cámara de Diputados y cayera en el Senado, con el tan sorpresivo como indigno papel del doctor Julio Cobos, quien no pudo con las presiones de los grandes factores de poder.
Queremos decir que hay unos pocos, por suerte, que se opusieron a la medida por “izquierda”, argumentando que el gobierno nacional malgasta los fondos que retiene por tributos a la renta extraordinaria y los distribuye mal y poco. Allí están los votos del diputado Claudio Lozano y de casi todo el bloque SI (ex ARI) encabezado por el legislador Eduardo Macaluse (con la honrosa excepción del diputado Gorbacz, quien se abstuvo). Detrás de sus planteos autojustificantes, aportaron a que una resolución que apuntaba a fortalecer el rol regulador del Estado nacional en la economía cayera, contradiciendo sus propias premisas y las de cualquier proyecto nacional y popular. Parecen pasar por alto estos dirigentes la heterogeneidad histórica y actual de nuestra nación, tanto en términos de sectores económicos y sociales que la componen, como en la correlación de fuerzas que hoy están establecidas. Sin olvidar las consecuencias de la reciente herencia neoliberal para nuestro Estado. Entonces decidieron mostrarse “diferenciados” y oponerse al igual que Bullrich (Patricia y Esteban), Pinedo, Barrionuevo, etc. Tal vez no pasen por alto estos factores, sino que en el fondo se hayan opuesto por temor a una ofensiva de la derecha o por mera especulación u oportunismo político.
Desde otro lugar, la vieja y la nueva derecha argentina impulsaron la derrota de las retenciones móviles. Esta derecha, compuesta actualmente por integrantes del PJ “pragmáticos” que añoran los ’90, radicales conservadores de todo pelaje y empresarios exitosos o profetas temerarias, devenidos políticos modernos, fueron pasando uno a uno por una limpieza reparadora de cutis en las aguas de la corporación mediática nacional. El resto de los actores están deslegitimados para la sociedad. Vale aclarar que, desde nuestro punto de vista, todos ellos han sido perfectamente coherentes con los intereses que realmente representan.
Entendemos que sobre este aspecto debemos reflexionar. Hoy es más evidente que nunca que la alianza política que garantizará un modelo de país con justicia y equidad social es aquella que privilegie a organizaciones y dirigentes consecuentes con estos objetivos y no la que reserve espacios de decisión a representantes de la vieja política responsables de buena parte de las condiciones que arrojaron a la Argentina al infierno.
* Diputadas nacionales del Movimiento Libres del Sur.

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